Victoria Abril se ha convertido en un icono absoluto del cine español
Ser un icono es ser una persona importante, reconocida en su área de trabajo, admirada, idolatrada y referente para muchos. Este es el caso de Victoria Abril, quien en sus inicios encandiló con sus gafas redondas y calculadora como azafata del mítico Un, Dos, Tres… y a los más adultos, atada a una cama por un desesperado Antonio Banderas en Átame. Ha trabajado con los más grandes del cine español, ha sido fetiche del director Vicente Aranda, musa de Jean-Paul Gaultier y chica Almodóvar. Compañera de Jorge Sanz en varias películas, camaleónica al punto de iniciarle en los avatares del erotismo, es una profesional absoluta delante de las cámaras y una gran provocadora fuera de ellas. Con múltiples premios a sus espaldas, incluida la Espiga de Honor por su trayectoria, Victoria Abril se ha convertido en un icono absoluto del cine español.
En sus inicios, apuntaba a ser bailarina de clásico, un destino que abandonó al descubrir que la actuación se le daba bien. Ha interpretado personajes complejos, torturados y perversos, dejando una huella indeleble en la historia del cine español. Uno de sus papeles más memorables es el de la película Amantes (1991), un melodrama de culto cargado de pasión y erotismo que le valió el Oso de Plata a la mejor actriz en Berlín. En los últimos años, ha alternado proyectos de cine, teatro, moda y música, lo que la ha llevado a recibir la Espiga de Honor y la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.
Recientemente, en PB Magazine, hemos tenido la oportunidad de verla en su último proyecto en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, con la tragicomedia Medusa. Dirigida por el cada vez más solicitado e imparable José María del Castillo, un director, productor y actor sevillano con una formación impresionante que incluye una licenciatura en Interpretación Textual, otra en Comunicación Audiovisual, estudios de Canto en el Conservatorio de Música de Mairena del Aljarafe, y un Máster de Interpretación ante la Cámara. Entre sus compañeros de reparto se encuentran el televisivo Adrián Lastra, la cantante Ruth Lorenzo, Mariola Fuentes, Peter James, Elisabet Biosca, Joaquín Fernández, Roberto Provenzano, Eduardo Rey, Manuel Duarte, con la colaboración del Coro de Cámara de Extremadura.
Medusa, el temido monstruo de la antigüedad con cabellos de serpiente y mirada petrificadora, muere decapitada por el héroe Perseo, quien entrega la cabeza de la Gorgona a la diosa Atenea como símbolo de victoria. Así nos han contado siempre la historia, pero… ¿y si los hechos nos los narrara la propia Medusa? Reformulamos el clásico mito de Medusa para profundizar en el pensamiento social inducido, las apariencias, el miedo a lo diferente y el valor de la integridad en una sociedad que no ha cambiado tanto a pesar del paso de los siglos. A través del humor y la tragedia, la música, la voz, el movimiento y la plasticidad de una puesta en escena multidisciplinar, contamos el mito desde la perspectiva del vencido, el antihéroe, revelando así la otra cara de la moneda, que mantiene su valor sin importar desde qué lado se mire.
La puesta en escena es impresionante, con Victoria Abril interpretando a una Medusa irónica, mordaz, trágica, a veces divertida, contundente y reveladora, que desafía el orden establecido. El valor de lo que debe estar silenciado, pero que grita una verdad que desea ser escuchada: la verdad de Medusa, la Gorgona.
Fotos cedidas por el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida
El Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, el festival de teatro clásico más antiguo de España y el más importante en su género, se celebra en el majestuoso Teatro Romano de Mérida durante los meses de julio y agosto. Este teatro, que data de la época del emperador Augusto, es considerado uno de los edificios que mejor representa la solidez y armonía de la arquitectura romana.
En su 70ª edición, ha reunido a miles de espectadores, consolidándose como uno de los festivales de teatro de referencia en España.